La propuesta del Ministro de Economía Giorgetti: más impuestos para los solteros y las familias homogéneas no reconocidas

La condena europea del gobierno Meloni no parece haber sido suficiente. 

En efecto, la reciente propuesta del ministro Giorgetti (Liga Norte) de diferenciar la fiscalidad de los solteros y de las familias, favoreciendo así a las madres casadas y a los padres con hijos, en detrimento de los solteros y de las familias homogéneas, que realmente no gustan al Gobierno actual, deja a uno estupefacto. 

Una idea, la anunciada por Giorgetti, útil para «combatir la denatalidad». Se trata de otra acción discriminatoria hacia la comunidad LGBTQIA+ y los solteros, así como hacia todos aquellos segmentos de la población que -por elección o por otras razones- no formalizan su vínculo, no pueden tener hijos o eligen, como su pleno derecho, no tenerlos.

La propuesta de Giorgetti es, por tanto, eliminar los impuestos para los hogares con al menos dos hijos.

La reforma no afectará a la asignación única, que en cambio se incrementará y a la que se añadirá una deducción de 10.000 euros anuales por cada hijo a cargo hasta el final de los estudios universitarios, sin límite de ingresos.

“Para fomentar la natalidad», argumenta el ministro, «la palanca más fuerte sólo puede ser otra: proponer no sólo desgravaciones para las familias, sino reducciones del número de impuestos a pagar».

El resultado evidente es, por tanto, una fiscalidad más elevada para los solteros, las parejas no formalizadas o formalizadas pero sin hijos y las familias LGBTQIA+. En resumen, un enfoque muy injusto y decididamente no inclusivo. 

En Italia, actualmente, una pareja LGBTQIA+ no tiene acceso al matrimonio igualitario, ni a la adopción, ni siquiera a la procreación médicamente asistida. Y, aunque una familia homosexual consiguiera tener hijos en el extranjero, el estatus familiar no sería reconocido institucionalmente: en otras palabras, una discriminación sin salida. 

Tal vez convendría entonces, incluso antes de pensar en desgravaciones fiscales para las familias, concebir una estructura legislativa que incluya realmente a todas las familias. ¿Fomentar la natalidad no significaría abrirse a todas las familias: heterosexuales, homoseduales y monoparentales? Sólo así se apoyaría verdadera y sinceramente a todos los niños, evitando así un verdadero impuesto al celibato que remite a un 1927 ya olvidado.

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