El tribunal italiano ordena transcribir el certificado de nacimiento de un niño con dos padres

Tras el fallecimiento del padre biológico, el Tribunal de Milán impuso la transcripción de un certificado de nacimiento con dos padres, reconociendo así la paternidad del padre intencional del niño.

Desgraciadamente, este caso no es único, lo que pone de manifiesto la falta de protección básica de los hijos de parejas del mismo sexo, especialmente tras las prohibiciones impuestas por el gobierno de Meloni, la primer ministro italiana.

Sin embargo, para comprenderlo plenamente es necesario dar algunos pasos atrás.

 Los protagonistas de la historia son dos hombres que se enamoraron antes de que Italia aprobara la ley que reconoce la posibilidad de que las parejas del mismo sexo tuvieran la posibilidad de convivir en uniones civiles. Por ello, se casaron en Nueva York en 2012. La suya es una historia seria, llena de ilusiones y planes, entre ellos ampliar su familia y tener hijos.

Uno de los protagonistas, tras una experiencia de voluntariado en Brasil, quedó con ganas de ser padre. Esto hubiera sido posible para una pareja gay, pero sólo si hubieran residido en Brasil, por lo que el deseo de comenzar una familia, no pudo cumplirse en aquél entonces.

A su regreso a Italia, los dos hombres entraron en contacto con una pareja de padres, con los que hablaron y escucharon sobre su experiencia de gestación subrogada en el extranjero, y posteriormente se unieron a Rainbow Families para comprender todas las opciones disponibles.

En 2015 nació su bebé por gestación subrogada en California. En aquel momento, regresar a Italia con un certificado de nacimiento en el que figuraban dos padres era impensable, por lo que la pareja eligió el nombre del padre biológico para que apareciera en el certificado de nacimiento, pero más tarde, por desgracia, el padre biológico y registrado oficialmente, falleció.

En el pasado, ya habían solicitando al Tribunal Supremo de EE.UU. que rectificara el acta añadiendo el nombre del padre que aún vivía, y tenían planes de pedir al municipio de residencia en Italia la transcripción correspondiente.

El tiempo transcurrido entre una y otra se alargó demasiado, y la pareja sufrió además una serie de problemas financieros, principalmente porque no querían dejar al niño en una situación económica difícil. 

Mientras tanto, el niño crecía con todas las dificultades que provoca no tener padres reconocidos: problemas en la escuela, el pediatra y todas las tareas cotidianas que son rutina para las parejas heterosexuales, y obstáculos para las del mismo sexo. 

Finalmente, en 2022, obtuvieron la rectificación del Tribunal Supremo, y ahora que ambos padres figuraban en el certificado de nacimiento del niño, había llegado el momento de hacer frente a Italia y a su no legislación sobre las familias arco iris. Los dos padres recurrieron a un abogado para que les ayudara, sin embargo, a finales de agosto de 2022, tras regresar de unas vacaciones, el padre biológico falleció.

Para el Estado italiano, en ese momento, el niño es considerado huérfano. No sólo tiene que lidiar, a sus 7 años, con el dolor de perder a uno de sus progenitores, sino que además corre el riesgo de no poder contar ya con su otro padre, jurídicamente hablando.

El niño siempre fue consciente de todo: sabía que en Italia su único padre reconocido era el que había fallecido, y que no había ninguna ley que reconociera a su otro como padre real.

Afortunadamente, las relaciones con los padres del padre fallecido eran muy positivas, y los abuelos se pusieron inmediatamente de parte del padre superviviente para que se le reconociera a todos los efectos como progenitor de su nieto.

Por lo tanto, correspondió a un abogado solicitar al Tribunal de Milán que se ocupara de la situación. El niño no es huérfano: tiene un padre que lo ha querido y amado desde antes de nacer, y que durante ocho años se ha ocupado de él junto con su difunto marido, dando al niño lo que necesitaba.

En un mes, el decidido padre se convirtió en tutor legal de su hijo, con el consentimiento de sus abuelos y su tía. Y a finales de abril llegó el decreto, que ya es definitivo: el tribunal ha accedido a la petición del padre vivo. Ahora el ayuntamiento tiene que transcribir la escritura con los dos padres y el niño vuelve a tener una familia, que además está reconocida por el Estado. 

Una historia con final feliz. El abogado que asistió al padre está muy satisfecho con el resultado, ya que el Tribunal de Milán ha puesto exclusivamente los intereses del niño en el centro del procedimiento. Lo cual es verdaderamente importante si se tiene en cuenta que el bienestar del niño ya se había visto comprometido por la tragedia de la gran pérdida.

La esperanza es que esto pueda sentar un precedente para obtener definitivamente la transcripción de los certificados de nacimiento de los niños nacidos por maternidad subrogada, y el consiguiente ofrecimiento de protección inmediata y plena a los menores que actualmente se encuentran envueltos en un vacío legal.

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